domingo, octubre 28, 2007

Ser partera


Elegir ser partera es elegir estar viva y mucho, estar en contacto con la vida, la que apenas está surgiendo, es impresionante y te ubica en el presente como ninguna otra cosa (seguro otras cosas también, es una manera de decir la pasión que me provoca), pero sobre todo te expone, todita, es tener todo a flor de piel, además de la responsabilidad que implica, yo no me puedo imaginar escoger la partería como se eligen las leyes a la literatura o la gastronomía cuando se hace porque si, porque qué más, por el varo, por tradición, involucrarse de esa manera con lo humano y con lo mamífero y animal que tiene nuestra condición está grueso y es maravilloso, gratificante, pero sobretodo indescriptible. Es el compromiso de mujer, porque además de no haber nada más humano, animal y mamífero, que salir del útero de nuestras madres, tampoco hay nada más femenino que ofrecer un ser más a esta tierra salido de nuestros adentros a luchar con el tiempo que le ha sido dado y que se ha elegido, y entre mujeres y entre madres hay códigos, que las parteras traen en la mirada y en cada movimiento, entendidos y directo al campo de las acciones, pasando de largo la conciencia, con la presencia activa del silencio.

No hay comentarios.: