Y ahora

Decía en febrero que estaba en el limbo, me doy cuenta que en aquel entonces no me podía imaginar estar tan bien como estoy ahora, muchas cosas han pasado, no sólo que mi corazón late con fuerza por un nuevo ser hermoso que me visita y me sonríe, pero no puedo dejar de admitir que eso hace mucho y lo pone a uno a sonreír involuntariamente.
Se que me pongo límites, como si no dar un paso más me fuera a proteger de futuros dolores, aún así ando caminando tomada de tu mano silenciosa pero que lo dice todo.
Al igual con mi hijo, creo estar en buen camino, pisando firme sobre la tierra, aquí en el mundo, feliz y con la vista hacia lo lejos.