Otro fin de semana junto al mar

Ahora nos fuimos a Playa Panamá, a casa del novio de mi madre, un camino mas largo, mas calor al dormir, pero un mar mas hermoso (solo miren esos arboles en la playa), clamado y sin piedras, y la fortuna de poder ver los monos pasando a desayunar justo frente a nuestros ojos.

A mi pillo le encanta el mar y aunque no es particularmente osado, siente gran confianza en al mar y quiere meterse hasta solo.

En la piscina es mas temeroso y prefiere que lo carguen aunque con ayuda de las tres se animaba a "nadar" de a ratos.

El Mei tai resulto de utilidad porque se le lastimaron los pies con la chanclas, además me encanta, y siento que ahora si ya estoy en la ultima colita de cargarlo con cargadores, así que no pierdo oportunidad.

Me encanta el sentimiento de amor-paz que se produce entre nosotros aveces,

algo especial, único y exclusivo.