jueves, enero 12, 2012

Las pantallas me ponen neurótica

Al menos eso pienso, no se porqué.

Anoche estaba leyendo el Blog de Rachel y me hizo reflexionar sobre este tema, del que he querido escribir hace mucho.

Cuando mi hijo tenía 3 años, era un niño completamente libre de pantallas, no se conectaba a ninguna y yo no encendía las de casa cuando él estaba despierto.

Por esa época comencé a ponerle pelis. Pensé que no sería problemático, no le ponía la tele, sólo algunas películas con historias muy sencillas y tiernas, que hubiera yo visto con detenimiento atneriormente. Pero entonces noté que su temperamento antes calmado y relajado cambiaba. Después de algunas semanas pasó una semana entera sin ver nada de nada y entonces comencé a reconocerlo como el bebé de antes, más calmado.

Noté que cada vez que miraba algo en la tele, así fuera un documental sobre los peces, siempre se mostraba alterado despues por varios días, enojado, grosero, no hacía caso, gritaba, etc.

Pude reconocer principalmente enojo detrás de su manera de actuar. Desde entonces traté de eliminar esta influencia, me deshice del televisor y procuraba que tampoco jugara con el celular, ni prescenciara juegos de video. A veces, miramos una película, ahora el cambio es más sutil, pero me pregunto si estoy infligiendo un daño irreparable.

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Al mismo tiempo comencé a poner atención en el efecto que me producía a mi misma. Porque tengo el deseo de estar frente a la computadora cosntantemente, leyendo, investigando, manejando mi negocio, escribiendo mis artículos, compartiendo u organizando mis fotografías, pero se que muchas veces sólo estoy perdiendo el tiempo, a veces esperando a ver si algún amigo se conecta para charlar. Pero se que me está robando mucho tiempo y energía, trozos grandes de mi vida, de la vida real con mi pequeño. Pero además de todo eso, me pone irritable también.

Si a la mitad de algo me pide atención contesto grosero, muy estresada, y además retrasa las rutinas domésticas, porque aún cuando él puede hacer muchas cosas por si mismo, es más rápido y disfrutable acompañarlo mientras se pone la pijama que preguntarle desde la habitación contigua si ya se la puso. Me pone de malas y es muy adictivo, y muchas veces ni siquiera es algo importante que requiera atención inmdiata.

Por eso estoy tratando de reducir mi tiempo de pantallas.

¿Qué piensan, les pasa igual?

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