lunes, abril 08, 2013

Valores decimonónicos



Cuando comecé la lectura de Mujercitas, Loise M. Alcott, me pareció que nada podía tener en común con ese mundo lejano, clasista y arcaico.



Pero con el pasar de las páginas me fui descubriendo a mi misma en él. No es la primera vez que lo leo, pero la atenrior tendrá unos diez años.



Creo que siempre prentendí identificarme con Jo, porque me gusta escribir y es rebelde en cierta forma. Pero para mi sorpresa también sentí que compartía actitudes con Beth, y no necesariamente por nobleza, sino por ese exceso de sensibilidad que parece ridículo pero al final refleja personas que si tienen una tendencia a ser así y que, creo yo no estaría mal proteger un poco de la crueldad y el horror, aunque sea por ellas mismas, es decir que uno mismo reconociéndose sensible, emocional, se aparte de aquello que lo hiere, con mayor profundidad que a otras personas. ¿o todos tendremoas una Beth oculta en el interior?, creo que no.



Por otro lado me gustó la lección que la madre les da cuando les permite estar ociosas para que descubran que al final eso resulta desagradable. Creo que vivimos en una paradoja actual, sin idealizar tiempos pasados creo que en muchos casos se vivía de menera más simple con las necesidades cubiertas, pero pocas cosas inútiles, y que muchos trabajaban en la obtención directa de alimentos, lo que proporcionaba salud a su vez, por el ejercicio físico que ello represnta. Por la escasez se hacía rendir mucho más las prendas de vestir y por ello toda mujer sabía mucho de remendar coser y tejer.



Sin pretender que ls vida hogareña sea una imposición para las mujeres de hoy, quienes la siguen viviendo y sin ningún reconocimiento por su trabajo, pienso que no habría que perder todo ese conunto de habilidades y tecnologías domésticas que permiten no solo ahorro de dinero y recursos (naturales), sino también aprecio y disminusión del consumo desmedido que nos hemos impuesto.


No es la primera vez que cito las necesidaes creadas de la actualidad que desde luego tienen que ver con el sistema económico en el nos encontramos y que aún cuando creemos estarle dando la vuelta, muchas veces nos engañamos.



Pero creo que es importante rescatarlas, pero además dotar de valor real a las actividades tradicionalmente femeninas, pues aún cuando muchas mujeres se desempeñan hoy a las par de los hombres en actividades que antes eran exclusivamente para ellos, el trabajo doméstico aún no ha sido revindicado.



Y se sigue creyendo que la crianza, administración del hogar, cocina, limpieza y demás son trabajos inferiores, que quienes los desarrollen no deben recibir remuneración o sino, las peores condiciones laborales, con bajos salarios, exceso de horas y carga de trabajo y la constante descalificación social.



Simpático que esta lectura me haya llevado allí, pero si, desafortunadamente no tengo una idea clara de como visibilizar y valorar social y económicamente.



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