Últimamente cada vez que te escribo es para pedirte perdón, por estar tan apurada, por no tener tiempo, por ponerme de malas; pero la verdad es que también pienso que lo hago muy bien como mamá, tu eres un niño maravilloso, dulce, alegre y amable, y yo me adjudico parte del motivo de ello. Somos una familia bonita, muy llena de amor y de neuróticos, los tres, pero aprendemos y nos disculpamos y eso es importante, yo estoy pasando por un duelo, el de comprender que la juvendtud con todas sus extravagancias y mi vientre plano no regresará jamás, pero también me gusta hacia donde me dirijo, y lo más bonito es tenerte junto a mí, te amo mi pikiriki.
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