Mi dulce amor

Esta mañana amanecí con una horrible contractura en el cuello que no me dejaba voltear y se fue empeorando en las horas de la mañana.
Mi dulce amor se dedicó a masajearme durante una hora que tardaron mis agarratados músculos en ceder, y gracias a esa amorosa dedicación puedo sonreir en esa foto y durante el resto del día en lugar de pasármela el día con la oreja pegada al hombro y dando gritos de dolor.

Así que hoy, siento gratitud por tener a mi pillo, por mi dulce dulce amor y sus dulces dulces besos, y por el claro cielo que, en estos días, nos deja ver los volcanes nevados.