El domingo, sin mayor espectativa le enseñé a Itzcóatl cómo leer la partitura de la primera variación del Método Suzuki.
En la clase de iniciación musical les enseñan a leer rítmica, es decir negras, corcheas, cuartos, octavos y silencios, hasta ahora, se representan con palabras como voy, corro, ligerito. Con éso como base le enseñé como Pepe Grillo Salta (el nombre y letra que le dan en la clase de violín a la primera variación) era un ligerito corro. Como ya aprendió a poner los dedos en las cuerdas y cada una tiene un color asignado, sólo tuve que ponerle círculos verde o azules a los números que están encima de cada nota y así simplemente señalándolo los tocó, así tal cual y a la primera, no cabía de orgullo.
Lo que medio expliqué en el párrafo anterior puede ser confuso para quienes no saben mucho del tema (suponiendo además que mi expliación es comprensible para los que si saben de notación musical), pero yo estudié estas cosas cuando niña, aunque nunca llegué más allá, como para tocar algún instrumento, al menos me sirve para enseñarle al Itzcóatl, mi compadre decía eso, que pareciera que cada cosa que hice en mi vida pre-mamá, fue una prepareción, y creo que sí, hasta mis conocientos musicales que en mi no dieron fruto, sirven de base para enseñar al chiquito, hasta que vuele por si sólo.
El asunto es que estoy muy orgullosa y feliz, me sorprende mi precioso hijo, al día siguiente quiso que yo tocara el violín y él tocara la pieza en el teclado, me cuesta trabajo aproximarme a la enseñanza de la música de manera relajada, pero ahí vamos.
1 comentario:
Me dejas y me deja el pillo sin palabras. ¡Es increíble todo lo que puede aprende un chiquitín si lo acompañas en su ruta de aprendizaje! Claro que tienes que de qué estar orgullosa, ¡felicitaciones!
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