Regalos de navidad para mi niño

Traté de convencerlo, le dije que quizá sólo habria un regalo cuando despertara, el insistía en que dos, yo no estaaba muy segura, tenía la plantilla de lego que había comprado y el pizarrón, pero no sabía dónde había escondido la primera.

Amo a mi niño, y estoy orgullosa de lo que yo creo que he formado en él, De verdad, se emociona hasta con un par de calcetines, es genial.

No le he cultivado que él puede pedir lo que se le ocurra y aque algún ente invisible se lo va a traer, Sabe que soy yo, que hago mi mejor esfuerzo, que no tenemos dinero y que él ya tiene demasiados juguetes.

Y aún así pensé que ojalá pudiera hacerle otra cosa, tanta costura de trabajo me dejó sin tiempo para prepararle alguna cosita hecha por mí.

Y así se fue a dormir muy tarde y a esas horas empezé la aventura, y ya ven cómo terminó, creo que es el la navidad más aparatosa que ha tenido.

Aunque en realidad hice muchas trampas.

Claro que todas las envolturas son ecológicas, mi nueva obsesión, pero además quería que fueran reaglos para él, me desedpera un poco comprar una tela para un proyecto para él, incluso decirle que lo voya hacer y que pase el tiempo, me pregunte y yo diga pronto y vuelva a pasar el tiempo. Así que hoy fue la noche desiciva, me lanzé sobre la colcha de hace más de un año, creo, las funda de almohada de vaqueros (para con su pijama de vaqueros que ya casi no le queda), la tela de paskebol, que también se convirtió en una funda de lo más elegante, el planeta tierra de tela, el más grande que traía la tela que le había prometido para él, porque los otros son para vender.

Hoy me dijo la cosa más conmovedora, me preguntó: ¿tu nunca me vas vender mami?, me dolió mucho, no se bien ni como explicarlo, ojalá todo fuera mas fácil para nosotros, pero aún como es, pienso que será útil, que aprenderemos y luego con ello ayudaremos a otros en difíciles trances, que al fin ese es mi servicio de estar viva, y quizá el de él también.

Me lanzé sobre todas las telas que tan celosamente he guardado para él pero a las que no les llegaba la hora, la de robots, la de dinosaurios.

Y como decía, muchas trampas, un juego de letras de madera, una caja de lego con piezas variadas que fueron míos en la infancia. Tres libros que que teníamos desde antes pero que él no recordaba y un chocolate que me habían regalado a mí.

Y ya ven, un árbol lleno de regalos, creo que le gustarán.

Y ahora me voy a dormir, que ya clareó y cantan los pajaritos y no he dormido nada, pero vuelvo a sentir inmensa satisfacción y felicidad y esa agradable certeza que hace mucho no me visitaba, es tan fácil, tan fácil tener un hijo, si tan sólo estás dispuesto a entenderlo y escucharlo, disfrutarlo y amarlo.