El martes pasado al fin hice un pequeño cuadro de actividades que había estado diseñando en la cabeza por unos días y eso pareció ser el motor para volver a nuestra rutina de escuela en casa, comida casera, práctica del violín, mantener limpio y ordenado todo.
Y se siente tan bien. He notado como mi pequeño está como de malas cuando perdemos el ritmo y no estamos haciendo escuela en casa, aunque he notado que en la parte académica sigue progresando mucho, sumas, restas, números negativos, fracciones, lectura rápida y en silencio, ortografía. Pero la rutina nos da orden y calma.
Por otro lado estuve reflexionando sobre el aprendizaje de un segundo idioma, y llegué a la conclusión de que no hay de otra más que hablarle en inglés, creo que el único conocimiento, en cualquier area, se adquiere fácilmente y permanece cuando resulta significativo, por eso, creo, y por su propio proceso interno, mi hijo aprendió a leer tan rápido, tan temprano y tan bien, porque quería saber qué decía ahí, acceder a información, cuentos, instrucciones, etc. Que es mucho mejor que ponerlo a leer a fuerza mi mamá me mima y demás. Por lo tanto he empezado a hablarle sólo en inglés al menos parte del día. Entiende mucho más de lo que creía, contesta e improvisa y a veces también, se desespera, pero encuentro maneras de hacerlo reír.
Me siento un poco ridícula, y no lo hago fuera de casa. Pero es curioso, es justamente una cosa que él pidió; me decía a veces, practiquemos, y cuando ya me decidí y le comuniqué que podríamos hablar sólo en inglés un par de días a la semana me contestó: No, yo creo que deberíamos hacerlo siempre y ya luego tomamos vaciones en español.
Es tan dulce y listo. Volvimos a pintar con acuarelas que tanto me gustan y me tomé el trabajo con calma, aunque nos hemos atrasado un poco.
Uno de los juegos que resultó muy divertido fue mirar un libro con imágenes de comida, hacíamos como que estaba en el restaurante, él pedía en inglés, yo le traía las cosas, él las devoraba y yo hacía caras de desagrado (esta parte es la que más le hacía reír), luego le traía la cuenta, escribiendo las cosas que comió y algún número a la par, dejándolo para que resolviera el resultado de la suma y luego me pagaba. Me sorprende como las sumas y restas hasta el 10 las hace mentales casi siempre.
En fin, que todo bien y en calma por acá.
Espero que los demás educadores del hogar estén también disfrutando.
1 comentario:
;)
El ritmo es maravilloso.
Y es lindo seguir aprendiendo de ustedes.
Un abrazo,
A.
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