Meses y meses de silencio.
Hay días en que se me ocurren hasta tres temas a desarrollar, cosas de las que quiero hablar, realidades que denunciar, además de otras que compartir, costuras, lugares, experiencias de la maternidad, o de la feminidad.
Pero más cosas están pasando que no me dejan.
Estoy cansada, como no lo había estado antes, finalmente rebasé la aparentemente incabable energía de mi cuerpo, llegué al tope. Así que debo dormir y dejar de hacer cosas, al menos por ahora.
Como siempre estoy apostando por mi hijo, lo más importante de mi vida, aunque resulte difícil enfrentarse, especialmente, a los estereotipos. Valientes logros nos ha traído el feminismo, que permitió, si, muchas libertades a las mujeres, pero las encadenó al sistema de explotación pagada pero como sujetos de segunda clase ante los hombres, sin haber retirado ninguna de sus obligaciones anteriores ni reconociéndolas como trabajo; administración y mantenimiento del hogar, cocina y crianza. Cinco labores que recaen aún en las mujeres, para enriquecimiento de las naciones, trabajo de explotación que se fundamenta en los valores bien internizados del patriarcado, la moral y el amor. Porque uno hace de todo por sus hijos.
Hay cosas que quiero gritar, como la injusticia que vivimos en este país, pero aunque vaya a las marchas como lo empecé a hacer hace 20 años, ya no siento esperanza. Sin embargo creo que debemos de sembrarla en nuestros hijos, aún cuando no me atrevería a decir cualquier otra mentira, ni siquiera la de los Reyes Magos. De alguna manera hay que prometer que hay más, que podría haber más. que la vida es hermosa y vale la pena vivirla, aún hundidos en esta mierda, hay tardes de sol y helados, y la brisa en el rostro cuando vamos en bici y nos columpiamos. Aún cuando la riqueza mal distribuida implica que para ver la carencia de aliementos no tenemos que ir lejos, puede estar allí, en el mismo parque que nosotros.
Veo esa imagen, de mi panza, y no puedo creer que hace tanto y tan poco a la vez, mi niño estaba allí. Alguna vez fue tan pequeño como para estar dentro de mí. allí inició su largo viaje en la vida. Y yo lo tomaba en mis brazos con un poco de miedo de sostenerlo, y era pequeño y frágil y ahora es largo y tan fuerte.
Ese ser maravilloso lleno de alegría. Ese ser bondadoso e inteligente que admiro. Y sonrío y lloro. La vida es complicada.
1 comentario:
Me alegra ver q sigues escribiendo de vez en cuando.Animo guapa.Te leo de vez en cuanddo y siempre me das animo para mejorar en la crianza de mis niños.Besos desde España
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