lunes, noviembre 04, 2019

¿Alumnos difíciles?

Me molesta esa etiqueta, no me gustaría que me la pusieran a mí.

Yo he hecho escuela en casa porque disiento terriblemente con las escuelas en general. En general me parece horrendo que los niños tengan que vivir muchas de las cosas que les pasan en las escuelas, y sin embargo soy maestra. Existe una contradicción entre las ideas que tengo en la cabeza con respecto a que los mitos deben ser libre de hacer lo que quieran y la estructura de mi clase que tiene actividades estructuradas que se siguen una a la otra. Trato de aliviar esta contradicción haciendo un esfuerzo por interesar a los niños en las actividades que hacemos, diseñarlas siempre tomando en cuenta sus intereses y necesidades de desarrollo, además de que procuro ir modificando y adaptando la clase según los diferentes momentos del desarrollo por los que van pasando los alumnos y sus estados de ánimo. A mí me gustaría que los maestros con los que yo recibo clases tomaran en cuenta al menos mis discapacidades o dificultades de aprendizaje, pienso que es algo a lo que todos los alumnos de todas las edades tienen derecho, incluso está en las legislaciones educativas de muchos países pero casi nadie toma en cuenta. Estoy convencida de que comprendiendo las diferentes adaptaciones que se pueden hacer sería menos laborioso para los maestros enseñar, que seguir haciendo lo que están haciendo ahora, queriendo que todos aprendan de la misma manera y teniendo que repetir sus explicaciones varias veces, entre otras cosas.

A veces me cuesta llevar a cabo las actividades de mi clase con algunos niños.

Una de las razones porque esto ocurre es porque los niños están cambiando. Este es un primer caso, y esto fue lo que hice al respecto.

A veces hay niños que empiezan a asistir a mis clases con uno o dos años de edad y están muy contentos con la progresión de actividades que la clase tiene y de pronto, un día, ya no les interesa hacer eso que estamos haciendo, sino correr en círculos con los demás niños. Esto suele ocurrir cuando cumplen tres o están por cumplirlos. A algunos niños les dura unos tres meses y a otros más tiempo. A menudo las madres se sienten frustradas porque su niño ya no sigue las indicaciones, algunas mamás procuran hacer que el niños siga las indicaciones y otras los dejan correr libremente.

Cuando esto empezó a ocurrir por primera vez en mis clases, me tomó por sorpresa. Pero pude entender que se trataba de nuevas necesidades de desarrollo que tenían los niños. Una de las cosas que procuré hacer fue integrar más actividades que implicaran movimiento y alternarlas con las que llevamos a cabo sentados. Esto en general ayudó a que la clase fluyera mejor y pudieran concentrarse en ciertos momentos. Cuando las madres están forzando mucho al niño normalmente les digo que los dejen hacer lo que quieran, porque sino, a veces los niños se enojarán tanto que se pondrán a llorar. Por otro lado cuando algún niño sólo quiere correr y hacer a los demás correr con él, aún cuando los demás están concentrados, suelo atrapar a ese niño y sentarlo en mis piernas, además de procurar felicitar a los niños que si están haciendo la actividad, en lugar de poner la atención en el que está haciendo cosas distintas. En general esto me ha funcionado bien.

En un segundo caso tuve niños que desde el principio no querían seguir indicaciones y querían retar la autoridad todo el tiempo, incluida la de sus papás, que están allí en el salón con ellos. Estos niños son más grandes, tienen 4 años.

Después de varias semanas intentando varias cosas distintas, llegué a la conclusión de que tal vez estos niños tenían muy poco poder de decisión sobre lo que pasa en sus vidas durante todo el día. Ya que asisten a un kinder y luego tienen varias actividades por la tarde. Me pareció que era importante darles más poder de decisión en mi clase y por supuesto concentrarse en lo que están haciendo bien y felicitarlos, también he procurado que los papás noten lo que hacen bien y los reconozcan. Estos cambios han hecho que estos niños florezcan, y empiecen a hacer cosas más complejas. Un tema importante con niños de esta edad es la justicia, estoy pensando en llevar un dado para decidir de manera más democrática o al menos azarosa, quien pasa primero y así. También me gustaría diseñar tarjetas de las diferentes actividades que hacemos en clase para que puedan elegir y estructurar ellos mismos su clase. Me parece importante darle importancia a lo que quieren hacer, como por ejemplo colorear por más tiempo o tocar el tambor y permitir que puedan estar haciendo cosas distintas a diferentes tiempos.

Otra cosa importante, tanto con estos alumnos como con los demás, es tratar de nunca decirles que lo que hacen es difícil, o peor, que va a ser difícil, incluso cuando realmente lo sea incluso para nosotros como maestros. Pero también reconocer cuando hacen algo increíble y expresárselos con mucho entusiasmo a ellos y a sus mamás y papás. Creo que a veces no se dan cuenta de los increíbles logros que sus hijos tienen, ya sea por desconocer teoría musical o porque se siente muy natural en la clase.

En fin, que sigo aprendiendo cómo ser maestra, siempre preocupándome por mejorar y entender mejor a los alumnos.

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