Resulta que soy educadora de estimulación temprana y a veces sumerjo los pies de los pequeños en lentejas, pues es muy benefecioso para el desrrollo sensorial. Así que el martes, día en que trataba el tema del agua, se me ocurrió hacer lentejas submarinas, Renato de 4 meses dudaba acerca de si aquéllo le gustaba, al final las escurrí pero dejé el cuenco en el fregadero para enjuagarlas luego y resulta que todas germinaron, hoy ya las puse en tierra, pero necesitaré mucha más tierra pues son muchas.
Mi hijo de dos años disfrutó de sembrarlas conmigo.
Le puse unas cebollas que se germinaron en el refrigerador a las esquinas del huacal para protegerlo de parásitos y miren todo lo que creció ya esa cebolla, a Itzcóatl le gusta tocarla y la acaricia.
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