Además es ilustrador, y su trabajo en ese campo es también muy rico. Utiliza diferentes soportes, especialmente este libro podemos ver como pinta sobre papeles que fueron usados previamente, incluso sobre viejo lomos de libros. Los colores son vivos y me parece que a veces los mezcla en el papel y no antes, lo que deja ver la combinación.
Sus personajes suelen ser niños varones y las piernas de todos son siempre sólo una línea, lo que me parece muy divertido.
Este libro en particular trata de un niño al que le gusta comar libros, especialmente los rojos.
Empieza a comerlos compulsivamente y al mismo tiempo asimilar toda la información que hay en ellos, así que al principio el, siente que se está volviendo super listo o algo así.
Pero luego todo se le empieza a revolver en la cabeza y además se empieza a sentir enfermo.
Así que decide dejar de comer libros, con mucha tristeza, y en lugar de eso, empíeza a leerlos. Aunque de vez en cuando...
Me encanta que una editorial se tome el costo de hacer un libro así, con ese detallito divertido.
Además de que es un libro divertido, es decir no trata de ser un libro moralizante acerca de que debes "fomentar el hábito de la lectura", como muchos que tratan de vendernos a los papás.
Al final la lectura es un placer, y si la transferimos así, porque nos gusta, porque no encanta, así le pasará igual a nuestros hijos, sin tener que implementar en ellos algo forzado.
Lo pueden adquirir en la página del Fondo de Cultura Económica, o Amazon, entre otros.
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